Jóvenes recogen comida para necesitados

Grupos de jóvenes recogen alimentos para las familias necesitadas de Valdemoro

Redacción/ Valdemoro Digital

La asociación Jóvenes Gigantes y el colectivo de jóvenes Valdemoro Para Todos, en colaboración con el Punto de Información de Voluntariado y el Centro Social Vicente Ferrer, han organizado una campaña de recogida de alimentos no perecederos destinados a las familias vulnerables de Valdemoro.

Decenas de valdemoreños han contribuido con la iniciativa que tuvo lugar en la mañana del sábado 20 de junio de 2020. Divididos en 2 mesas, situadas en la plaza de la Piña y en la plaza del Conde, trece voluntarios aportaban su granito de arena para paliar los efectos del Covid-19 en el municipio.

La propuesta nace de un grupo de jóvenes de la ciudad que, impotentes ante la crisis socioeconómica generada por la pandemia del Covid-19, no se quedaron de brazos cruzados.

“Estábamos viendo toda la movida de Estados Unidos con la gente negra, y de ahí pasamos a hablar de otras cosas…” dice Víctor Hueros, uno de los impulsores. Entre todos, acabaron organizando una recogida de alimentos para personas en estado de vulnerabilidad.

El colectivo se dio a conocer como “Valdemoro Solidario”, pero tuvieron que cambiar el nombre porque ya existe una asociación en el municipio con la misma denominación. Contactaron con Avalso (Valdemoro Solidario), y los jóvenes justificaron que, “desde la ignorancia”, eligieron ese nombre. Aseguran que, cuando aclararon el error, la responsable de la asociación “se rio, y dijo… ‘pero lo tenéis que cambiar’.”

Habiéndose transformado en “Valdemoro Para Todos” y una vez iniciados los trámites para la recogida de alimentos, con la ayuda de la asociación Jóvenes Gigantes y del Ayuntamiento de Valdemoro, estaban listos para ponerse manos a la obra.

El día de la recogida.

Es el día. Me levanto temprano y voy a desayunar con mis antiguos compañeros y amigos de la asociación Jóvenes Gigantes. “No puedo vivir sin ti,” decía la canción de los Ronaldos que escuchaba con auriculares mientras caminaba hacia el lugar. “Es verdad — pensaba — sin su ayuda mucha gente se quedaría sin comer esta semana.”

Tras el desayuno, nos encontramos con los jóvenes de Valdemoro Para Todos en la plaza de la Piña. Ocho personas con la misma o más motivación que los voluntarios de Jóvenes Gigantes nos esperan impacientes.

Ya había hablado por teléfono con Arelis Arif, una de las impulsoras de Valdemoro Para Todos, cuando me pidió ayuda para solicitar la ocupación de un espacio en vía pública.

Esa voz insegura y curiosa queda remplazada por el rostro de una chica de 22 años, con gafas, vaqueros, y una camiseta blanca de Friends, mucho más segura y proactiva de lo que imaginaba. Probablemente ese espíritu líder y aventurero es el que la trajo hasta aquí hoy, aunque tanto ella como sus compañeros reconocen que quien tuvo la idea de realizar la recogida de alimentos fue Eva Gómez.

Eva es una joven valdemoreña de 23 años que estudia enfermería en Guadalajara. Observo las palabras “Hold On” (en español: Resiste) tatuadas en la parte interior de la muñeca. “Es una canción de los Jonas Brothers,” dice. Nos reímos. “Pero con un mensaje muy bonito,” añade, justificando su gusto musical.

“We don’t have time to regret / It will take more than common sense / So stop your wondering, take a stand,” dice la canción, que Eva tiene grabada en su día a día.

En español: “No tenemos tiempo para lamentarnos / Tomará más que aplicar el sentido común / Así que deja de dudar, y actúa.”
Descrita por sus amigos como la líder que empujó a todos a actuar, Eva hizo uso de su positivismo habitual para dar un vuelco a sus circunstancias personales. “Ahora con la pandemia, no puedo hacer las prácticas,” me cuenta. “Así que decidiste a hacer una recogida de alimentos,” dije, esperando su confirmación. Se ríe, mostrando que es una de esas personas que no puede quedarse impasible ante el sufrimiento ajeno.

Nuestra conversación se interrumpe cuando el alcalde de Valdemoro aparece. Me reconoce y se acerca a saludar. Me agradece la ayuda que estamos prestando, y le insto a dirigirse al grupo. Vuelve a agradecer nuestra ayuda, y afirma que “la situación es dramática.” Asegura que tienen alimentos suficientes para las familias necesitadas de Valdemoro, pero puntualiza que “toda ayuda es poca” porque se dan a un ritmo desmesurado.

Debido a la crisis del Covid-19, el centro social Vicente Ferrer resulta insuficiente. “Hemos pasado de ayudar a unas 100 familias, a ayudar a más de 500,” dice Sergio Parra, el alcalde. Como algo extraordinario, el Pabellón Juan Antonio Samaranch ha sido convertido en un segundo centro social. Los valdemoreños pueden llevar allí alimentos no perecederos que serán destinados a las familias vulnerables.

En cualquier caso, la solidaridad de la gente de Valdemoro ha quedado probada. Al terminar la mañana, cientos de kilos de alimentos entraban casi por la fuerza en el maletero y asientos traseros de dos coches para ser transportados a los centros sociales. Por desgracia, no es suficiente.

Yo mismo había dejado de hacer voluntariado hace un año, cuando me trasladé a Estados Unidos para realizar un curso académico. Volver a la ardua tarea de ayudar a los demás no entraba en mis planes. Pero ahora nos necesitamos más que nunca, así que decidí seguir el ejemplo de estos jóvenes. Como dice la canción de los Jonas que Eva llevaba tatuada en el alma y en la muñeca:

 

When it falls apart,
And you’re feeling lost,
All your hope is gone,
Don’t forget to hold on, hold on
Cuando todo se rompa a pedazos,
Y te sientas perdido,
Toda tu esperanza se haya ido,
No te olvides de aguantar, aguanta.