Ante la inoperancia, la revuelta del Precariado

EDITORIAL: La revuelta del “Precariado”

La izquierda insensible y perdida en su discurso, la derecha a lo suyo

Redacción/Valdemoro Digital

Los resultados de las pasadas elecciones generales en España y particularmente en Valdemoro, nos dejan una serie de reflexiones, que deberían de ser esclarecedoras para la izquierda-progresista.

El enorme crecimiento de los apoyos a la ultra-derecha encarnada en VOX, tiene un componente hasta ahora desconocido, el nuevo nicho de votantes que han encontrado este tipo de movimientos en toda Europa, Le Pen en Francia, Salvini en Italia, y ahora VOX, se ubica en los sectores más desprotejidos de la sociedad, lo que algunos autores han bautizado como “Precariado” y que la formación ultraderechista llama “La España que Madruga”.

La otrora vanguardia de la izquierda, los barrios de gente trabajadora (proletariado), en medida que la crisis se cebó en ellos, se instaló para no salir más, han creado un caldo de cultivo ideal para el apoyo a corrientes irracionales que sepan catalizar el descontento de este precariado.

El Precariado, es por naturaleza fácilmente manipulable

El Precariado, es por naturaleza fácilmente manipulable, formación educativa y cultural baja, grandes carencias materiales, desconfiado de  los discursos de una sociedad y unos medios de comunicación que se han servido de él, para luego olvidarlo abandonado a su suerte.

Así se siente este precariado, y ha comenzado la revuelta.

Ajenos a la manipulación de que son objeto por parte de líderes sin escrúpulos, desconectados de una política que ven con desconfianza, los precariados actúan como fuerza centrífuga que arroya todo a su paso, instituciones, legislaciones, normas de convivencia etc.

La “izquierda-progre” como llaman los dirigentes de VOX, al conjunto de fuerzas progresistas, se ha olvidad de los precarios, valora más a los intelectuales salidos de universidades, politólogos y personajes de cierto renombre, que tienen una vida más o menos fácil, muy alejada de las necesidades de la gente común, hablan de las familias que no llegan a fin de mes, pero no saben cómo se sienten esas personas, porque viven otra realidad.

Un ejemplo de ello, fue el lío que se armó con el famoso “casoplón” de Pablo Iglesias, no es que sea algo estraordinario que una pareja se compre un chalet mediante una hipoteca, lo que al precariado le indignó, sino la falta de sensibilidad ante la situación en la que viven millones de españoles.

Catalizar el descontento con discursos incendiarios, pero vacíos, no es nuevo

Catalizar el descontento y la falta de futuro de millones de personas con discursos incendiarios, pero vacíos, no es nada nuevo, ya lo hizo el Partido Nacional Socialista en Alemania, con el trágico resultado que todos conocemos.

Si la izquierda-progresista, quiere recuperar su nicho de votantes, tendrá que ponerse las pilas y realizar propuestas concretas de bienestar social como la Renta Básica Universal, y dejar de una vez por todas las ingenuas consignas de “subir el salario mínimo interprofesional” o la “Creación de empleo”, pues a estas alturas, la gente desesperada no cree que eso se pueda lograr, ni le beneficie en nada, pues la precariedad de la última reforma laboral, ha convertido a millones de trabajadores en pobres, y a millones de desempleados en parias.

Esta es la base social donde ha penetrado con fuerza el discurso vacío y antisistema de la ultra-derecha, los trabajadores pobres y los desempleados parias, es decir el “Precariado”.