Tachan de «extrema izquierda» la defensa de lo público

Ahora defender derechos básicos como la sanidad o la educación públicas es tachado y degradado como de “extrema izquierda”

“Es un error ser arrastrados por ellos al reino de lo secundario y tener que justificar por qué comer gambas y ser progresista no es incompatible”

Editor: Julio Lumbreras/Valdemoro Digital

En los últimos tiempos la horquilla ideológico-política, se ha corrido tanto hacia un extremo, gracias a la propaganda que los medios de difusión de la banca y del Ibex 35 vienen haciendo de su opción más anti-humanista, que ahora defender derechos básicos como la sanidad o la educación públicas es tachado y degradado como de “extrema izquierda”.

Conviene recordar que aquellos que se ubican en el bando de los nihilistas, tienen el derecho a que les expliquemos: por qué no están en condiciones de juzgar a nadie y porque nosotros tenemos plena justificación al enjuiciarlos a ellos.

Por poner un ejemplo, son ellos los que deben explicar, por qué es malo salvar a alguien de morir ahogado en el mar y no nosotros tener que justificar el por qué ir a favor de la vida es algo bueno.

Vemos a diario a buena gente en bares, casas y redes que se ubican a la defensiva e incluso bajan la cabeza ante el primitivismo más violento, cuando tienen todo el derecho a llevar la iniciativa.

Es un error de ubicación ayudarles a difundir sus inconsistencias

Es un error de ubicación terminar ayudándoles a difundir sus inconsistencias para poder criticarlas cuando debería ser justamente lo contrario, aquí un llamamiento a los “escasos” medios de comunicación locales en Valdemoro ¿Vais a venderos por unas monedas?

¿No vais a denunciar cuando los políticos locales actúen contra la “mayoría” de los vecinos? ¿Cuánto vale vuestro silencio? ¿Cuánto vale mirar para otro lado y hacer propaganda del ayuntamiento?

Es un error ser arrastrados por ellos al reino de lo secundario y tener que justificar por qué comer gambas y ser progresista no es incompatible.

Son ellos los que tienen que explicar el por qué no quieren que el reparto de la riqueza sea equitativo y por qué defienden la desigualdad entre las personas.

Sabemos que en ese “combate de boxeo” parten con ventaja al ser situados de inicio por los medios en el centro del ring.

Por eso estaría bien comprender que la estrategia de girar alrededor de ellos es errada y que los que tienen que pivotar son ellos en torno a nosotros y al modelo de sociedad al que aspiramos la mayoría de las personas.

Las voces del “Anti-humanismo” se alzan con descarado e inmoral griterío a favor de la desigualdad

Hoy más que nunca las voces del “Anti-humanismo” se alzan con descarado e inmoral griterío a favor de la desigualdad, del estúpido cuestionamiento a los derechos fundamentales (de los cuales ellos mismos son beneficiarios, por cierto).

El decir: Que la Educación pública o la Sanidad pública “son un gasto” y que deberían privatizarse para “ganar en eficiencia” y el querer finiquitar el estado de bienestar privatizando estos derechos fundamentales para favorecer a sus amigos con pelotazos y grandes negocios, debería de tener en frente a una población mayoritariamente “precarizada”, pero eso no sucede así, encontramos a “pobres” que solicitan “la paguita” y votan a Vox, clases medias que se creen que van a ser salvados por una derecha cada vez más orillada a posiciones fascistas como PP y Ciudadanos.

Tachan de «extrema izquierda» la defensa de lo público

Cuando rebrote el coronavirus o cualquier otra pandemia (sanitaria o económica), esos que pasaron del aplauso a nuestros sanitarios, a los despidos de los mismos a los que debemos la vida por su esfuerzo y dedicación ¿podrán mirar a los ojos a sus hijos, a sus padres, a sus vecinos y decirles que apoyaron lo correcto?

Cuando la Educación pública por la falta de inversión y apoyo sólo sea un recurso para los más pobres y fuente de marginalidad ¿Podrán decir que hicieron lo correcto mirando para otro lado, apostando por una educación “clasista” y “discriminadora”?

Valdemoro, tiene que salir del mundo “onírico” en el que ha vivido los últimos tiempos, pensando que el conjunto, es la suma de las individualidades, porque ni en Valdemoro, ni en ninguna otra parte, no habrá progreso si no es de todos y para todos.