¿Necesidad de un partido “vecinal”?

La supuesta necesidad de un partido “vecinal” como Vecinos por Valdemoro

Julio Lumbreras/ Editorial

Tras la celebración de los últimos plenos en el ayuntamiento de Valdemoro, nos planteamos la supuesta necesidad de un partido “vecinal” como Vecinos por Valdemoro. Está claro, y parece que no aprendemos, que las diversas experiencias vecinales aparentemente sin ideología demuestran que ese es un modelo falso y que no funciona. Y no funciona porque parte de una premisa equivocada, pensar que las personas que forman ese “conglomerado vecinal” carecen de ideología o que no la van a trasladar a ese espacio.

En el caso de Vecinos por Valdemoro no deberíamos hablar de un partido vecinal, sino de un partido unipersonal que ha pretendido simular que se trataba de construir un proyecto vecinal.  Y todo se ha hecho basado en un argumento tan banal como la confianza en una persona. Es evidente que en sus declaraciones y acciones Vecinos por Valdemoro se decanta claramente por su apoyo incondicional al Gobierno de derecha y ultraderecha valdemoreño. No quisiéramos crear una polémica innecesaria. Y ahora de nuevo vemos en algunos sectores que se vuelve a proponer que “hagamos” un nuevo partido neutro con Valdemoro en el centro. Todo desde la condena a las ideologías y a los políticos. Los partidos están conformados por personas que son ciudadanos y ciudadanas que no dejan de serlo en el momento que participan en un partido, y las personas, todas, que no participan en partidos también tienen ideología, y esta es la que les hace tomar decisiones cada día, la misma ideología que trasladarían a su labor si estuviesen en un cargo político.

Incluso la supuesta ausencia de ideología ya es un modo de ideología. Ya lo decía José Sazatornil en La Escopeta Nacional, “apolítico, total, de derechas como mi padre”. Igual, y esto lo dejamos para la reflexión, no estaría mal que abandonásemos esos lugares comunes que nos han instalado en la cabeza de aversión por la ideología, y/o por la política y dejásemos de repetir mantras que poco tienen de base material.

Seguramente no sea muy popular decir que no es verdad que existen unos ciudadanos puros e incorruptibles y unos políticos, los encuadrados en partidos, malvados y perversos. Decía Julio Anguita que los políticos son reflejo de las sociedades en las que nacen y se desarrollan, a mí esta afirmación me parece demasiado tajante, pero también me parece desacertado pensar que existe una casta en todos los partidos y que la sociedad fuera de ellos es maravillosa y éticamente irreprochable.

Pienso que los casos que han ocurrido en Valdemoro en cuanto a partidos “independientes” (TUD o Ganemos Valdemoro) son una buena muestra de lo que digo, esas personas antes de implicarse en política eran ciudadanos y ciudadanas y este hecho no ha servido para salvaguardar su actuación. Creo que, en primer lugar, deberíamos tener claro que los políticos son, y deben ser, ciudadanos que hacen política, y más aún, que todos los ciudadanos deben implicarse en política. No se trata de crear un partidito con unos cuantos o, menos aún, confiar en un líder carismático como lo es Vecinos por Valdemoro, sino de fomentar que las decisiones se tomen entre todos y todas, que sea el cuerpo social completo el que se autogobierne. Delegar en un partido “vecinal” es, en el fondo, lo mismo que hacerlo en uno estatal o regional.

Durante esta Legislatura observaremos como el aporte a la ciudadanía valdemoreña de este esperpento llamado “Vecinos por Valdemoro” es nada o peor que eso, una paguita para un concejal sin ninguna propuesta que no sea alabar a VOX y al Partido Popular y que corra el tiempo.