SATSE Madrid interpone demanta

El sindicato de enfermería SATSE Madrid interpone una demanda de Conflicto Colectivo por vulneración de la normativa de prevención de riesgos laborales

Llevan la grave situación de las Urgencias, al Tribunal Superior de Justicia de Madrid

Redacción/ Sur Media Madrid

El incremento de las cargas de trabajo se ha convertido en una constante en los hospitales del Sermas que se ha agravado con la no renovación de 2.500 enfermeras contratadas para el Covid y por el incremento de la demanda asistencial.

Ante la inoperancia de la Administración madrileña, el Sindicato de Enfermería, SATSE Madrid, ha presentado una demanda de Conflicto Colectivo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid reclamando que se tomen medidas efectivas y reales para solucionar un problema que lleva años larvándonse y no se soluciona nunca.

En consecuencia, el Sindicato de Enfermería ha interpuesto una demanda de Conflicto Colectivo contra el Sermas, ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) por vulneración de la normativa de prevención de riesgos laborales.

La asesoría jurídica de SATSE argumenta que la organización lleva tiempo solicitando actuaciones concretas para paliar y reducir las cargas de trabajo de las enfermeras/os que desempeñan su labor tanto en las Urgencias hospitalarias como en el resto de Unidades de los hospitales públicos “sin que se hayan tomado medidas adecuadas para reducirlas”.

En este sentido, la solución a los problemas de la carga de trabajo pasa por incrementar sustancialmente las plantillas de enfermeras/os y mejorar sus condiciones laborales. En suma, conseguir que trabajar en la sanidad pública madrileña sea un atractivo y atraiga a enfermeras de otras regiones, justo al revés de lo que ahora ocurre.

Toda esta situación se agrava por la no renovación en abril de más de 2.500 enfermeras (que el Gobierno regional consideró prescindibles) y el brutal incremento de la demanda asistencial derivada de la mala situación de la Atención Primaria, el mantenimiento del cierre de los SUAPs y el aumento de los casos de Covid, que cada día se incrementan “con lo que se obliga a los profesionales a mantener circuitos de ‘sucio y limpio’ y, por lo tanto, se necesita una mayor plantilla.

El doblaje, explican desde la asesoría jurídica en su demanda, “puede ser una medida paliativa para un día concreto, pero mantenerlo como solución habitual no hace más que incrementar los riesgos psicosociales a las que están sometidas las enfermeras. Situación que se agrava más si se tiene en cuenta que el doblaje no está regulado en la CAM”.

Ansiedad, insomnio, depresión, Burnout y otro tipo de problemas psicológicos no han hecho más que agravarse fruto de la alta exigencia emocional, la falta de EPIs, de reconocimiento, de la falta de recursos humanos y materiales, de las escasas medidas de conciliación y de otras condiciones derivadas del trabajo que “han empujado a muchas enfermeras/os a la baja laboral, al abandono de la profesión o a la desmotivación más absoluta”, indica la demanda.

Falta de interés por resolver el problema

Por otro lado, la demanda se interpone tras comprobar el Sindicato de Enfermería que las medidas propuestas en los planes de prevención de los centros hospitalarios del Sermas “se limitan a divulgar, favorecer, potencia, estudiar la forma de …, mejorar y fomentar” determinadas condiciones de trabajo, pero sin concretar la manera de llevarlas a cabo. En definitiva, denuncian desde SATSE Madrid “expresiones vacías de contenido que no llegan nunca a materializarse en acciones preventiva específicas y concretas”.

De igual forma, ahondan, “que gran parte de las evaluaciones de riesgo en las que se han propuesto medidas preventivas son de carácter generalista, siendo declaraciones de intenciones que no modifican las condiciones de trabajo y no presentan protocolos que desarrollen medidas efectivas para paliar los problemas detectados”.

Desde SATSE Madrid se critica, igualmente, que cuando los resultados de las evaluaciones son negativos y detectan problemas, la solución de las direcciones de los centros es proponer medidas tales como “seguir celebrando reuniones periódicas, continuar con la formación impartida, etc. En definitiva, actuaciones que suponen una falta de reconocimiento de los problemas detectados en las evaluaciones de riesgos laborales, no abordándose medidas de carácter estructural que modifiquen aspectos concretos de la organización del trabajo y se solucionen los problemas detectados”.