Primeras Jornadas de Donación de sangre
El Hospital Universitario Infanta Elena organiza las primeras Jornadas de Donación de sangre, médula y órganos
El objetivo del encuentro fue concienciar a la población de la necesidad de la donación y luchar contra posibles mitos o miedos, ya que hay requerimientos en procesos determinados que solo pueden ser solventados con una transfusión de componentes a través de la donación
Redacción/ Valdemoro Digital
España es un país muy sensible en lo que respecta a la donación de sangre, órganos y médula, pero eso no significa que no quede mucho trabajo por hacer para seguir impulsando esta práctica altruista que salva miles de vidas en nuestro país cada año. Por eso, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red pública madrileña, organizó recientemente las “Primeras Jornadas de Donación de sangre, médula y órganos”, para acercar a la población general el concepto de la donación, tanto desde el punto de vista teórico, como a través de testimonios personales, lo que permitió conocer de primera mano cómo influye la generosidad de los donantes en la vida de los receptores.
En el taller también participaron profesionales sanitarios con una amplia trayectoria en la donación en sus diferentes variantes, como la Dra. Marta Tejedor, jefa de Servicio de Aparato Digestivo del hospital valdemoreño, quien considera “vital concienciar a la población de la necesidad de la donación, luchar contra los miedos o mitos que pueda haber al respecto y ayudar a crear una cultura de donación a nivel nacional”.
El ejemplo de los receptores que “viven en el agradecimiento”
La especialista, encargada de inaugurar el encuentro, recuerda con especial satisfacción personal y profesional varias reflexiones de los invitados compartidas durante su transcurso: “Uno de ellos explicó que se hizo donante desde joven, pero finalmente fue el receptor de un corazón. Esto nos hace conscientes de que cualquiera puede padecer una enfermedad que requiera de un trasplante, y de que todos podemos depender de la solidaridad de los demás”. La jefa de Servicio de Aparato Digestivo del Infanta Elena rememora también el testimonio de otra receptora que “mientras esperaba su trasplante, pensó que recibir un órgano implicaba que otra persona se había ido”, lo que “refleja la fragilidad de la vida y enseña cómo podemos dejar un impacto positivo al irnos”.
“Los receptores de un trasplante tenemos que vivir en el agradecimiento», es la frase que, pronunciada por otro de los invitados a la jornada, refleja el sentir general de los receptores de órganos y que, según la Dra. Tejedor, deberían servir de ejemplo para toda la ciudadanía.
Por su parte, Gema Casamayor, enfermera de Donantes y Consultas Externas del hospital, abordó durante su ponencia aspectos relativos a la donación de sangre, como los requisitos necesarios para hacerlo, las causas de exclusión y cómo es el procesamiento de la sangre una vez extraída. El papel que cumple la donación de sangre en la medicina actual es fundamental, ya que hay requerimientos en procesos determinados que “no pueden ser solventados sin una transfusión de componentes como el concentrado de hematíes, el plasma o las plaquetas, los cuales solo pueden ser obtenidos a través de la donación”, explica. Una donación que -insiste- puede salvar la vida de hasta tres personas.
Donantes y sanitarios, la “gran familia” de la donación de sangre
Para Casamayor, su labor en donación de sangre es “un trabajo gratificante” en el que está “en continuo aprendizaje de los donantes”, muchos de los cuales forman junto a los trabajadores sanitarios “una gran familia” en el servicio. Asimismo, de cara a aquellas personas que quieran donar, pero tengan reticencias por miedo a sufrir dolor o ver comprometida su salud, la enfermera certifica que “están implementadas todas las medidas de seguridad” y que “la extracción es proceso sencillo, rápido y que apenas supone dolor”.
Del proceso de donación de médula habló la Dra. Pilar Beltrán Álvarez, responsable del Servicio de Transfusión y Donación de Sangre del Infanta Elena. El trasplante de médula ósea se lleva a cabo en los casos en los que este órgano, encargado de fabricar células sanguíneas como los glóbulos rojos y los glóbulos blancos, se deteriora de tal forma que no puede recuperarse con los tratamientos convencionales. Los pacientes que suelen precisarlo son aquellos que padecen leucemias agudas, aplasias medulares, linfomas y otras enfermedades que atacan a la médula.
Según explica la especialista, el proceso comienza con el consentimiento de una persona para que la incluyan en el registro de donación de médula, tras las analíticas pertinentes. “En el caso de que posteriormente un enfermo precise de nuestra donación, generalmente se extraen las células madre del voluntario a través de un proceso similar al de la donación de sangre, pero de una duración mayor, tras el cual la recuperación del donante es muy rápida y no requiere ningún cuidado especial posterior”, añade.
Un registro de donantes de médula ósea cada vez más numeroso aumenta las probabilidades de que cualquier persona que necesite un trasplante encuentre un donante, ya que, tal y como recuerda la Dra. Beltrán, “actualmente, y a pesar de que este listado no ha parado de crecer en los últimos años, aún hay enfermos que no disponen de un donante compatible”.
Donación de órganos, un tiempo de trasplante limitado
Finalmente, la Dra. Ana Isabel Tejero Redondo, especialista en Medicina Intensiva del hospital, se centró en la donación de órganos sólidos, proceso que tiene la complicación añadida de que “los órganos donantes requieren que los vasos sanguíneos sean conectados a los del receptor, para que reciban la sangre que necesita para mantenerse con vida -explica-, por lo que el tiempo desde la donación hasta el trasplante es muy limitado”, a diferencia de lo que sucede con la sangre y los tejidos.
En cuanto a las últimas innovaciones en materia de donación de órganos, una de las más recientes es “la incorporación de donantes de edades más avanzadas, ya que existen también receptores cada vez más mayores, al mismo tiempo que hay avances continuos en los tratamientos con inmunosupresores y en los cuidados de los pacientes receptores para que vivan más y mejor”, concluye la intensivista.