La selección de baloncesto en silla se concentrará en Valdemoro

La selección española de baloncesto en silla se concentra del 20 al 23 de julio en Valdemoro

El objetivo: iniciar su preparación hacia Tokio 2021

Redacción/ Valdemoro Digital/ dxtadaptado.com

La selección española de baloncesto en silla regresa al parqué. Entre mascarillas, desinfectantes y estrictas medidas de seguridad, los jugadores de la ‘ÑBA’ volverán a reencontrarse 315 días después. La pandemia del coronavirus obligó a cancelar la Liga y las competiciones internacionales, así como las concentraciones previstas en Semana Santa para iniciar la preparación de unos Juegos Paralímpicos que se han aplazado a 2021. Ahora, los hombres que dirige Óscar Trigo realizarán un ‘stage’ del 20 al 23 de julio en Valdemoro con el objetivo de retomar sensaciones y hacer grupo.

Volverán a reunirse en la cancha, a verse las caras y a compartir entrenamientos más de 10 meses después. La última vez que lo hicieron fue en septiembre del año pasado durante el Europeo en Walbrzych (Polonia), donde España conquistó la medalla de plata y selló su pasaporte para los Juegos de Tokio. Los 12 jugadores que subieron al podio en el campeonato continental están entre los convocados: Alejandro Zarzuela, Pablo Zarzuela, Asier García, Dani Stix, Jordi Ruiz, David Mouriz, Agustín Alejos, Fran Sánchez Lara, Óscar Onrubia, Manu Lorenzo, Txema Avendaño y Amadou Diallo.

Además, para esta cita, el cuerpo técnico ha reclutado a seis jugadores más. Alexis Ruiz (CB Las Rozas), Julio Vilas (Iberconsa Amfiv), que no acudía con el combinado español desde 2015, así como cuatro jóvenes de la nueva hornada: Pablo Lavandeira (CD Ilunion), Ignacio ‘Pincho’ Ortega (Universidad de Alabama) y los hermanos Adrián y Alejandro García (Fundación Vital Zuzenak).

“La idea que tuvimos desde que se aplazaron los Juegos era continuar trabajando, no con un enfoque de rendimiento, pero sí estando pendientes del equipo. Durante todo el confinamiento hemos incidido muchísimo en el área de piscología y de salud para mantener la motivación y evitar lesiones, así como una planificación sobre cómo entrenar en casa el aspecto físico”, explica el segundo entrenador de la selección, Javi López.

Desde mayo, el madrileño tiene a sus órdenes a varios jugadores en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. “Estamos trabajando mucho el tiro. Pero con la selección lo principal es hacer piña. No vamos a tener en cuenta el nivel táctico, técnico ni la preparación física porque la situación de cada jugador es muy dispar, no todos han podido entrenar en sus provincias. Será la fiesta del basket, nos vamos a juntar todos después de mucho tiempo, para trabajar el estado anímico y ver cómo se nos plantea el camino hasta Tokio, nos queda un año ilusionante”, añade.

Para Asier García, “volver a tener una concentración con la selección supone que la vuelta a la normalidad está más cerca. Acostumbrados a juntarnos desde mayo muchos días durante tantos años es algo que se echa de menos. Creo que el trabajo en pista esta vez será lo de menos. Poder vernos, juntarnos y hablar es muy importante para el grupo, así que estoy deseando que llegue ya el día 20”, asegura el base bilbaíno, que en las últimas semanas ha podido ejercitarse en el Centro de Perfeccionamiento Técnico (CPT) de Fadura, en Getxo, junto a David Mouriz y algunos días también con Txema Avendaño.

Uno de los capitanes del equipo, Fran Sánchez Lara, ha estado entrenando en solitario en el pabellón de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real). “He podido ir todas las mañanas, pero se estaba haciendo pesado al no tener un objetivo por el que ir a entrenar. La concentración con la selección ha sido una sorpresa porque pensábamos que no se podría hacer con todo esto del Covid-19. Tenemos muchas ganas de volver a estar todos juntos y jugar un cinco contra cinco, aunque los entrenos no serán como los de antes, servirá para ver cómo estamos físicamente y desfogar un poco. Dentro de lo malo podremos sentirnos jugadores otra vez”, recalca.

Más de dos meses confinado pasó Jordi Ruiz en Porto Potenza Picena (Italia). Antes de que estallase la pandemia del coronavirus, el artillero español lideraba al Santo Stefano en la Liga italiana con un promedio de 23,3 puntos y 6,4 asistencias. A finales de mayo regresó a casa y en el último mes ha recuperado sensaciones en un pabellón en Tarrasa y en canchas de la calle. “La peor parte de entrenar solo es que mentalmente es muy duro, especialmente sin objetivos competitivos a corto plazo. Pero, por otro lado, te da la posibilidad de trabajar cosas distintas como el tiro en movimiento y el tiro tras bote, además de moverte mucho más con la silla”, aclara.

El catalán cuenta los días para viajar a Valdemoro y reunirse con el resto de la plantilla: “Lo que más destaco de esta primera concentración es la parte emocional. Después de todo lo que ha pasado estoy como con muchas ganas de reencontrarme con mis compañeros y también con el basket, volver a tener esas sensaciones de juego y poder competir. Somos deportistas de élite y estar tanto tiempo sin disputar un partido, aunque sea de entrenamiento, es muy duro. Todos tenemos unas ganas tremendas, pero lo importante es pasarlo bien y compartir momentos. Hay que ser prudentes e ir poco a poco para evitar lesiones y siempre respetando el protocolo sanitario y de seguridad”, añade Jordi Ruiz. El baloncesto en silla español ya está de vuelta.