La Dislexia tiene solución

La Dislexia tiene solución en Valdemoro

Alexander Graham Bell, Albert Einstein, Leonardo da Vinci, Pablo Picasso, Steve Jobs y Steven Spielberg, Bill Gates, Muhammad Ali, Walt Disney y Mozart. ¿Qué tienen en común estos talentosos personajes? Todos eran disléxicos. Gente con inteligencia superior, que fueron compensando sus carencias al aprender a leer y escribir.

En Valdemoro está ubicado el Centro Médico Integral Beatríz Ayllón, y una de sus principales característica es la de tratar este trastorno del aprendizaje, que afecta a un importante porcentaje de la población: la dislexia. Ésta es una dificultad para leer que afecta al lector a nivel de la palabra, en la fluidez y ritmo de lectura, y en la ortografía”. Estas deficiencias causan dificultades en la comprensión lectora y expresión escrita.

La dislexia – o dificultad para leer y escribir- es un problema que afecta a un número considerable de niños en edad escolar. Muchas personas ignoran el nombre de esta alteración, y cuando le damos un nombre se sienten muy desconcertados y asustados, pero si este problema lo tratamos en forma muy profesional y sistemática, con el tiempo el problema solo será un pequeño inconveniente solucionable. Entonces, este trastorno podríamos definirla como: dislexia “ceguera verbal transitoria en el curso de la lectura o trastorno neurológico consistente en una dificultad para leer”. En términos más claros, consiste en un bloqueo que provoca desórdenes en la lectura, la escritura y el habla.

La dislexia es una forma particular de la disartria, palabra genérica que engloba los trastornos del habla consistentes en molestias para la articulación de la palabra.

El disléxico puede llegar hasta una imposibilidad total para leer. El bloqueo va a la par con la disfunción de los oídos. Las palabras se amontonan, se destruyen, las sílabas se invierten. Y todo esto se refleja en que la coincidencia con el texto no se produce.

El principio básico de toda reeducación reposa, entonces, en el restablecimiento del equilibrio auditivo y de una franca lateralidad; lo que nada tiene que ver con un grado más o menos pronunciado de sordera.

La dislexia no es una pérdida de función o regresión, sino una anomalía de estructura y maduración.

Las estadísticas, variables según los países, atestiguan que de un 10 a un 15 por 100 de la población escolar padece trastornos en la lectura, lo que representa una media de tres a cuatro niños por clase.

El niño que lee, debe leer bien, tal cual dicen los expertos: “La lectura balbuciente no sirve para nada; mientras la mente se ocupe en reconocer las palabras dejará escapar las ideas.” Esto produce la poca o nula comprensión lectora.

Se calcula que un 80 % de niños disléxicos es a causa de trastornos auditivos asociados a desórdenes en la representación espacial y la lateralidad. Estos niños sitúan mal los objetos en relación a su cuerpo. En la lectura fijan la vista en la palabra, pero no logran encontrar significados equivalentes en su vocabulario particular.

El lenguaje oral se desarrolla a partir de una percepción auditiva global. Del mismo modo que la percepción interviene en la aprehensión visual durante el acto de lectura, ya que la noción de espacio no puede disociarse de la de tiempo. El disléxico encuentra dificultades de análisis y síntesis con lo que percibe auditivamente: es decir, en el tiempo. Y encuentra también dificultades para realizar con sentido preciso el análisis y síntesis de lo que percibe con la vista: es decir en el espacio.

Los dos aspectos de la percepción, temporal y espacial, tienen que ir asociados. La percepción sirve, entre otras cosas, para reflejar en el cerebro el mundo exterior y el cuerpo propio del sujeto. Es decir: la materia en movimiento. Ahora bien, el movimiento se efectúa a la vez en el espacio y en el tiempo. Si restablecemos la percepción auditiva perturbada, forzosamente se producirá una mejora de la noción de tiempo, y como consecuencia, de la poción de espacio.

¿Cómo reconocer si mi hijo tiene dislexia o sólo un retraso para aprender a leer?

Un factor importante es la historia familiar, que otro miembro de la familia haya tenido problemas para leer y escribir. Algunas señales para estar atentos en los estudiantes son: dificultad para aprender a realizar rimas entre palabras o para aprender los nombres y sonidos de las letras del alfabeto; confusión de las letras y palabras con apariencia visual similar o de letras con sonido similar; dificultades para ordenar correctamente las letras al deletrear una palabra o escribir una misma palabra de diferentes formas en la página.