España un país en esencia diverso
España es un País diverso
Un 40,9% de la población votaría por la República y un 34,9% a favor de la monarquía en caso de referéndum
La Opinión de: Juan Francisco Martínez Cañavate
Redacción Sur Media Madrid
Un 40,9% de la población votaría por la República y un 34,9% a favor de la monarquía en caso de referéndum. 16 medios de la Plataforma de Medios Independientes publican la mayor encuesta sobre la monarquía realizada durante el mandato de Felipe VI.
No cabe duda, que España es un país diverso, diversas culturas, paisajes y lenguas, y como no podía ser menos, diverso también en cuanto al tipo de sociedad en el que se quiere vivir.
Esto no debería de representar ningún problema, en un Estado cuyo origen es la multiculturalidad como el nuestro, sin embargo, en determinados momentos de la historia esto ha alcanzado niveles de despropósito y tragedia, como en el del Golpe de Estado contra la República española y qué ocasionó uno de los capítulos más tristes y negros de nuestra historia reciente: “la guerra civil española”.
Por supuesto, que ahora no nos encontramos en las mismas circunstancias históricas en que se produjo este trágico enfrentamiento entre españoles, pero si estamos en un momento de crispación política sumamente preocupante.
No podemos dejar de indignarnos, cuando en un momento tan complicado como el que vivimos por la pandemia del COVID-19, haya elementos desestructuradores y antisistema que quieran desestabilizar el orden social, ondeando viejos fantasmas del pasado con sus banderas.
El comportamiento y las declaraciones de la llamada derecha política, es una vergüenza sin mayores calificativos, intentando rascar votos de la desgracia general, infame y desleal no hacia el Gobierno de la Nación, sino a los españoles, reprobable desde cualquier punto de vista.
Si el objetivo de los partidos de la derecha española PP, Vox y Ciudadanos, es finiquitar el “estado de bienestar” logrado con el sacrificio de muchas generaciones de españoles, no deberían de esconderse detrás de argumentarios falaces y villanos, deberían decirlo claramente: “Hemos venido a privatizar la sanidad pública, la educación pública y los derechos fundamentales, para favorecer a los grandes capitales y a las empresas de nuestros amigos“ esto sería sinceridad, pero claro les dejaría en evidencia ante su electorado ignorante y sumiso.
Por otro lado, el Gobierno de la nación, debería de trabajar urgentemente, no en la poda de las ramas del árbol sino en la “raíz podrida”, la justicia no puede estar en manos de los políticos y sin ningún tipo de independencia para hacerse llamar justicia.
Se necesita una reforma urgente que permita elegir las a las altas instancias del Poder Judicial, de una forma verdaderamente democrática, es decir, mediante voto directo de los ciudadanos y no por elección, como hasta ahora por parte de los partidos políticos, porque así no se garantiza una verdadera independencia de los jueces.
Lamentablemente, las últimas actuaciones judiciales ya desencadenan en la mayoría de los ciudadanos, un descrédito hacia los jueces y la justicia española sin parangón, el daño que se está haciendo a la credibilidad de las instancias judiciales de este país por parte de la judicatura actual, no va a ser reparado fácilmente, cuando un ciudadano tenga que llevar sus situaciones personales, laborales o de cualquier tipo ante la justicia, siempre estará operando en copresencia, la desconfianza hacia una institución judicial pervertida, donde el poderoso sale impune y el humilde humillado.
La utilización Maléfica y casi criminal, que realizan algunos partidos políticos de la justicia española, hace parecer más a este país como una “monarquía bananera”, que a una democracia moderna y europea.
El descrédito de las instituciones monárquicas surgidas del régimen del 78, lo están ocasionando los mismos que dicen defenderlas, no hace falta hacer campañas contra la monarquía española, con sus hechos y sus actos ella sola se ha desacreditado y se desacredita cada día un poco más.
Por otra parte, entre los defensores de un régimen republicano, también existen muchas dudas y lagunas, entre ellas, porque no se habla de “qué tipo de República se refieren”, porque existen muchos tipos de República, algunas incluso totalitarias como el caso de la República popular China, otras donde la injusticia y el poder del capital podrían ser consideradas como dictaduras capitalistas como el caso de Estados Unidos o Rusia.
Entonces, la supuesta mayoría republicana debería definir en sus pre dialogales ¿qué tipo de República se plantea como alternativa a la monarquía actual? Definir esto es fundamental antes de llamar a una consulta o referéndum a la población, porque no se puede plantear algo abstracto, contra algo que no lo es, porque además de confusión, genera falta de credibilidad como opción para la organización social para un país.
Los resultados de este referéndum, desde nuestro punto de vista, no tendrían un valor constructivo, si no van acompañados de propuestas claras en el orden Constitucional, que ineludiblemente debería aprobarse en un supuesto cambio de modelo de Estado, una verdadera democracia, se caracteriza por la división entre poderes: Judicial, Legislativo y Ejecutivo, además de otras características intrínsecas a un Gobierno y un estado verdaderamente democrático.
Sin estos elementos fundamentales, sin una Carta Magna que garantice los derechos fundamentales a la salud, la educación, la vivienda y una calidad de vida digna, sin una constitución que otorgue plena igualdad a todos sus pueblos y nacionalidades, no sería una consulta seria y a tomarse en cuenta.
Los ciudadanos estamos hartos demagogia, de que se nos ofrezcan cosas que nunca se cumplen, llamar blanco al negro, y finalmente vivir realmente en una sociedad, donde nos venden un futuro que nunca llega y aunque en el fondo sabemos que nunca vamos a llegar, seguimos fielmente el guión del absurdo, y luego nos quejamos de nuestros jóvenes, pero ellos se forman viendo a sus mayores perdiendo su dignidad y sus años de vida, encerrados en un círculo vicioso al que queremos arrastrarlos y que solo termina con la muerte, nadie en su sano juicio quiere ese futuro, sin embargo es lo que se transmite a las nuevas generaciones y es el ejemplo que los mayores que estamos dando desde hace muchos décadas.
No nos engañemos, el valor fundamental de esta sociedad caótica e inhumana es el dinero, tener dinero no te cura de una enfermedad, no te hace ser ejemplo de nadie, no te hace ser hermano de nadie, sino un egoísta y que solo mira por su interés individual, así están las cosas y es sumamente complicado, que, desde ese individualismo, se pase a un estado de igualdad y justicia para todos.