Encinas de Valdemoro Ecologistas en Accion-Espartal

¡La encina se queda en donde está!

Redacción/ Valdemoro Digital/ Ecologistas

Único ejemplar de su especie en kilómetros a la redonda, cercada de automóviles y cemento, la vieja encina de la estación reivindica su excepcionalidad en medio de un espacio adverso y urbanizable. Árbol tan singular como amenazado, pues ya se sabe que hubo acuerdo para extirparlo sin contemplaciones, fulminando así de un plumazo casi cien años de historia viva. Cuesta encajar que su futuro ande en manos de codiciosos promotores y políticos ignorantes.

Alejada de sus congéneres, puede ser buen ejercicio el de tratar de ponerla en conexión territorial. Y es que si hubiéramos de encontrarle parientes, nuestra vista se dirigiría por fuerza hacia el oeste, a los secanos que comparten Valdemoro y Torrejón de Velasco. Las encinas que salpican este territorio configuran espléndidas muestras de llanura adehesada. Es este uno de los paisajes más interesantes de la IBA 393 Torrejón de Velasco-Secanos de Valdemoro (Área de Importancia para las Aves), con las encinas como destacado elemento del entorno.

En menor medida sobreviven al noreste y este del municipio (rumbo a Pinto y San Martín de la Vega) algunos ejemplares aislados y dispersos de esta frondosa, ubicados sobre sustratos calcáreos y yesosos. La encina no muestra aquí una condición vegetativa muy favorable, por lo que la presencia de estos pies residuales adquiere mayor valor.

Nuestro territorio es también ámbito de formaciones de coscoja, que vienen a constituir una etapa de degradación del encinar. Los coscojares típicos interiores del sur de Madrid albergan, sin embargo, una fauna rica y variada y favorecen ricas e interesantes comunidades florísticas.