El Timo de los pactos pos-electorales

El voto de los ciudadanos y el Timo de los pactos pos-electorales

La derrotada nuevamente es la Democracia, el ganador: El Trapichero

Editorial / Julio Lumbreras /Valdemoro Digital

El pretexto de la “Gobernabilidad” sirve para que una vez terminadas las jornadas electorales, que los ciudadanos hayan expresado en las urnas su predilección política, los partidos que obtienen representación “negocien” a su antojo el reparto de poder.

Da igual en que escala se aplique ésto, las decisiones importantes no las toma el ciudadano de a pie, sino una camarilla de políticos liberados (con un salario que muchas veces triplica el salario de sus votantes) de acuerdo a sus intereses mezquinos, como si se tratará de un intercambio de cromos.

Tal es el caso de lo que sucede en Valdemoro y en muchas otras localidades y Comunidades autónomas del país, el pretexto de la llamada “Gobernabilidad”, no es más que una estafa moral en la que el “estafado” es el ciudadano, y el “estafador” el Partido Político que recurre a esta despreciable práctica.

Supongamos que usted en las pasadas elecciones votó a Ciudadanos (Partido de la Ciudadanía) para que gobernara el ayuntamiento de Valdemoro, pero el citado partido por intereses en otros municipios o comunidades autónomas, o el mismo gobierno de la Nación, decide que para obtener la alcaldía, sumará los votos de otros partidos “afines” (VOX o PP), usted que votó a un partido con un “programa liberal”, en la práctica acabó votando a un partido o partidos, con una ideología o programa completamente diferente al suyo.

A todo esto se lo podrá objetar de mil maneras, que la dichosa “Gobernabilidad”, que los pactos se hacen para que no gobierne el adversario político, de una cada vez más desdibujada derecha-izquierda, etc, etc. La realidad, es que nuestros votos acaban siendo moneda de cambio en el Casino de las Sedes Centrales de los partidos políticos.

En estos días, la decisión sobre quién gobernará nuestro Ayuntamiento los próximos 4 años, se decide en las sedes de los partidos en Génova, Ferráz o Alcalá, sus mandarines estratégicos tras el intercambio de cromos correspondiente, nos impondrán un Alcalde a gusto de sus dirigentes de Madrid, que no necesariamente será el que mayoritariamente eligieron los valdemoreños.

La Casta política, cuando le conviene, se llena la boca diciendo que debería gobernar el candidato más votado, pero con la misma facilidad recurren a pactar con el mismísimo diablo para obtener el poder, antes vociferaban términos como “Okupa”, ahora hacen todo tipo de triquiñuelas para asaltar la Casa Consistorial, La Comunidad de Madrid o el Gobierno de la Nación.

Este mismo ejemplo que hemos mencionado anteriormente, se aplica por igual a los partidos de las llamadas “derechas” o “izquierdas” porque del centro no queda nada, ni las cenizas.

Deberíamos exigir a los Partidos Políticos, que en sus programas y durante la campaña electoral, nos especificaran ¿Con quién realizarían pactos pos-electorales?

De esta manera, miles de ciudadanos, no nos sentiríamos estafados con los “pactos” o acuerdos a los que podría llegar el partido de nuestra elección para obtener el poder.

La derrotada nuevamente es la Democracia, el ganador: El Trapichero.