Es hora de ir tomando decisiones…

𝗩𝗔𝗟𝗗𝗘𝗠𝗢𝗥𝗢: 𝗘𝗦 𝗛𝗢𝗥𝗔 𝗗𝗘 𝗜𝗥 𝗧𝗢𝗠𝗔𝗡𝗗𝗢 𝗗𝗘𝗖𝗜𝗦𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦… 𝗢 𝗡𝗢

“𝑁𝑜 𝑐𝑢𝑚𝑝𝑙𝑖𝑟 𝑙𝑜𝑠 𝑎𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑃𝑙𝑒𝑛𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑒𝑙 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑑𝑜 𝑜 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑜𝑐𝑖𝑜́𝑛; 𝑒𝑠 𝑖𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑚𝑜𝑐𝑟𝑎𝑐𝑖𝑎”

Redacción/ Valdemoro Digital/ Jesús Paniagua

Desde el inicio de la actual legislatura los distintos grupos municipales que constituyen el Pleno del Ayuntamiento de Valdemoro han presentado propuestas en formas de mociones para mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de nuestra ciudad.

También, en diversas ocasiones, desde este Pleno, se ha preguntado por el cumplimiento de las mociones aprobadas, encontrándose con respuestas esquivas y evasivas por parte del alcalde-presidente.

La ausencia de un seguimiento sobre el cumplimiento de las mociones en el Portal de Transparencia Municipal (que está sin actualizar desde mayo de 2017) constituye un claro ejemplo de la falta de voluntad del primer edil para dar cumplimiento a los acuerdos adoptados por el pleno.

Estimamos que, según establece el Art. 22 de la LBRL “el Pleno es el máximo órgano de gobierno” y no un mero mecanismo de control, por lo que ningunear la actividad legislativa del Pleno es contravenir, entre otras disposiciones legales, el artículo 3.2. de la Carta Europea de la Autonomía Local, según el cual “el Pleno es la Asamblea o el Consejo, esto es, órganos integrados por miembros elegidos por sufragio libre, secreto, igual, directo y universal, que pueden disponer de órganos ejecutivos responsables ante ellos mismos, y que ejercen el derecho a la autonomía local, entendida como la capacidad efectiva de las entidades locales de ordenar y gestionar una parte importante de los asuntos públicos, en el marco de la ley, bajo su propia responsabilidad y en beneficio de sus habitantes”.

Es decir, que el Pleno no solo controla, sino que ordena y gestiona.

No puede reducirse el Pleno al mero control, porque es un órgano activo, con atribuciones más que relevante.

También el artículo 140 de la Constitución Española establece que el gobierno y administración de los municipios corresponde a los Ayuntamientos,” integrados por los alcaldes y los concejales”. Léase bien: Todos los concejales, no solo los que integran el Equipo de Gobierno Local.

Queda claro que el Pleno es también un órgano de gobierno y que corresponde al alcalde ejecutar sus acuerdos y disposiciones, al contrario de lo que sucede en Valdemoro en que el primer edil aparca las mociones al amparo de una autoridad -que debe equipararse a la de un “primus inter pares”- que le ha conferido el propio Pleno en el momento de constituirse la corporación y que podría retirarle en forma de “moción de censura”.

Pero ¿Y si la fragmentación del Pleno impide la presentación de una 𝗺𝗼𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗰𝗲𝗻𝘀𝘂𝗿𝗮? La democracia municipal permite dos mecanismos que pueden contribuir a aclarar la situación del consistorio. Nos referimos a la “cuestión de confianza” y a la “reprobación”.

La 𝙘𝙪𝙚𝙨𝙩𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙛𝙞𝙖𝙣𝙯𝙖 es el instrumento político del que dispone el presidente del ejecutivo en las formas de gobierno de tipo parlamentarista sea este estatal, autonómico o, para este caso, el municipal. Sirve para afrontar una situación de debilidad del equipo de gobierno frente al Pleno y mediante la cual, el alcalde pide el expreso respaldo a una política o a un programa concreto.

Precisamente, hace algunos días, el alcalde de Valdemoro propuso a los grupos municipales un “pacto de mínimos” para llevar a cabo una serie de reformas que según él son muy importantes para el municipio. Pero parece que la respuesta de los ediles no ha sido la esperada por lo que creemos que Sergio Parra puede plantear someterse a una “cuestión de confianza” para visibilizar los apoyos que le quedan para el resto de la legislatura.

Sin embargo, si la cuestión no prosperase, la dimisión sería la salida lógica para tratar de romper el impasse político en el que se encuentra el consistorio mediante la formación de un nuevo gobierno con un nuevo alcalde -o alcaldesa- y la incorporación de otros grupos al equipo ¿Es esto viable?

Nos tememos que no: cualquiera que conozca a Sergio Parra sabe que en su vocabulario no cabe la palabra dimisión por una simple cuestión de supervivencia personal, pues pocos le auguran un futuro laboral con emolumentos siquiera cercanos a los que ahora disfruta.

Nos queda pues, el mecanismo de la 𝙧𝙚𝙥𝙧𝙤𝙗𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣, que, aunque no tiene más que un carácter simbólico sin efecto práctico alguno, sí puede poner en evidencia la precaria situación del primer edil y quizá -solo quizá- forzar a la formación política que sustenta al alcalde, 𝘾𝙞𝙪𝙙𝙖𝙙𝙖𝙣𝙤𝙨, a tomar algún tipo de medida para salvar los pocos trastos que se puedan salvar ya a estas alturas y evitar que una población de 80.000 habitantes prolongue una situación de ingobernabilidad que pagan directamente los vecinos.

¿Será posible que los grupos políticos que conforman el Pleno de Valdemoro hagan gala del poder que les corresponde y acudan a este recurso? En sus manos está.